Para poder hablar acerca de Parabellum se hace
necesario hacer algunas apreciaciones sobre lo que estaba ocurriendo a nivel
político, económico y social en la década de los años ochenta.
A nivel mundial Europa y
Norteamérica se encontraban en tiempos de guerra, la Guerra Fría estaba en
curso y ello generaba desazón y discordancia en los personajes que la vivían;
esto se iba manifestando por parte de la juventud de esos países por medio de
la creación musical. Bandas como Venom y Slayer surgían en este contexto, sus
letras y ritmos reflejaban el contexto puntual en el cual se encontraban sus
integrantes.
De manera simultánea en
Colombia, específicamente en la ciudad de Medellín, surgen bandas como
Ekhymosis, Masacre, Reencarnación, Danger, Parabellum,
entre otras. Estas nuevas bandas respondían a la represión de las autoridades,
la dominación del catolicismo, la sumisión religiosa y política tradicional,
esto junto al gran control ejercido por parte del cartel de Medellín en la
ciudad, y en general en el país, el cual se encontraba en auge.
Parabellum
puntualmente es conformada en 1984 por cuatro jóvenes integrantes de origen
antioqueño. Esta banda es precursora del genero Ultra-metal caracterizado por su elaboración azarosa,
desconocimiento musical y precariedad; la mayoría de sus instrumentos, si no es
que todos, tenían un origen artesanal, debido a que en Colombia no existía
realmente un gusto por las bandas sonoras de este tipo. Estas bandas pioneras
del género y los adeptos a estas crean unas prácticas, sonidos y lenguajes que
eran una respuesta a las circunstancias de la época. Sus letras tienen un
componente metafórico que hace referencia a lo crudo y podrido de la sociedad,
por medio de letras que generaban controversia en el público y a su vez una
sensación de malestar y estar en contacto con lo bizarro.
En la canción Madre muerte del álbum Sacrilegio lanzado al aire en 1987, lo
mencionado anteriormente puede evidenciarse en su letra, la cual refleja el
diario vivir de la juventud en los barrios populares de Medellín, quienes se
enfrentaban a diario con la muerte, amenazas y asesinatos. Si consideramos lo
filosófico que encuentro, personalmente, en esta canción, tendríamos que hacer
referencia al componente pragmático que esta y las otras canciones reflejan.
Primero, generan una grieta que es una vía de escape para la cotidianidad y
monotonía del momento, no obstante, estas no se alejan totalmente del contexto
del cual surgen, pues se prestan como un puente entre lo que se vive, lo que se
piensa y lo que se hace. Los jóvenes que escuchaban este tipo de música
compartían una forma de pensar y vivir, por ende sus actividades en común tales
como conciertos, ensayos y otros espacios regidos por el consumo de sustancias
y consumo de alcohol se generaban; lo cual en última instancia generaba, a su
vez, diversas prácticas que atendían a estos puntos en común. Lo filosófico en
esta canción y producciones hermanas es la manera en que se prestan como base
para caracterizar el sujeto por medio de sus vivencias y su identidad. Además
de enunciar la vida y experiencia del sujeto, como mencioné antes, hace
aparecer al Otro y por ello pasa de una individualidad a una colectividad, que
es donde se construye el conocimiento.
Tenemos, entonces, una
canción que es filosófica en tanto es pragmática, genera y produce praxis, y
por otro lado, fertiliza el origen de una colectividad en medio del conflicto,
que al día de hoy se mantiene en pie.
No hay comentarios:
Publicar un comentario