martes, 12 de mayo de 2020

Análisis Filosófico de Puño de Tierra


Por: Dario Alexander Mojica Rodriguez

De todo aquello que consideramos existente y de todo aquello que ponemos en duda por su procedencia, más que por lo que es en sí, no va a quedar ni siquiera el recuerdo, y si fuese así, ¿quién quedará para recordar nuestras sensaciones, nuestras experiencias, nuestros conocimientos, nuestras historias, nuestros pasos en vigilia por la vida? Pensar en eso cada vez más nos compromete con nuestra característica arrogancia antropocentrista; por un lado, porque no se haya sino en una ilusión a futuro del devenir humano, como una propuesta efímera que pretende prolongar nuestra existencia, como si de eso dependiera el orden natural de las cosas, y por otro lado, no hay nada más propio y constitutivo en nuestra naturaleza que ir caminando de la mano con las preocupaciones sobre nuestra posición momentánea en el mundo. Además, si hubiese una conciencia exterior, ajena y superior a la nuestra que gozara de la terrible maldición de la eternidad, seria comprensible llegar a concebir su terrible envidia por nuestra existencia, la cual, sufre con la hermosa bendición de la finitud. Por esa razón, a los dioses no les interesa nuestro movimiento, más que como una enseñanza, y por esa misma razón, nuestro deseo de instinto, nuestro dolor de pensamiento y nuestras inseguras emociones sólo se hayan en una categoría general cuando despreciamos a ese mundo perfecto y prometido de la eternidad.

Si esta canción se llegara a ubicar dentro de un marco de la corriente del pensamiento profundo filosófico, se podría conectar con el vitalismo, y es que reconocernos como criaturas finitas que están sujetas al constante cambio, nos hace desear cada vez más lo terrenal, sacar provecho de lo material como un producto de nuestras experiencias, sin embargo, dicho lo anterior el empirismo toma fuerza en nuestra concepción de relación con el mundo en cuanto cada sensación nos ofrece una nueva concepción para recompensar la deuda que tenemos con nuestro cuerpo. Nos debemos el sentir.

He descrito la importancia del recuerdo, al igual que ésta canción resalta a la vida como un sueño. El proceso por el cual he pasado para llegar a escucharla, motivarme e interpretarla como un precioso reflejo de mi propia vida es equiparable a lo que aprendí de dicho proceso que me otorga la canción como un regalo de mi cuerpo para mi. El vagabundo ama sus propias experiencias y está ansioso por el conocimiento, por eso el preocuparse por las complejidades que sean ajenas al amor por la tierra, sólo le quita tiempo valioso. La canción está empapada de toda una concepción empirista y material que describe a la perfección la relación del "yo" como tierra, el "mundo" como tierra y su producto restante el cual es un "recuerdo" como un puño de tierra. Sin duda alguna, es la experiencia la que cuenta, ella con sus tintes de recompensa como buena vivencia y como castigo por su mal pasaje. Cada quien sabe que decidir, suponiendo que ya se ha arriesgado a aprender del goce y el dolor, y como estamos conectados con la tierra por ser de ella misma, somos conocedores en cuanto sentimos y lo que dejamos como evidencia, osea, nuestro paso por el mundo a los venideros, quienes serán los siguientes en recordarnos.

1 comentario:

  1. UFF, la escuche y fui a los días, de la casa vieja, cuando mi abuelo aun estaba vivo casi que pude verlo recibir una taza de café de preparado por mama, y sonaba la radio, siento su risa veo su sombreo y lo grande que es cuanta vida...

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