martes, 13 de abril de 2021

Análisis filosófico de Último aliento

 

Por: Juan Camilo Vanegas

En un principio la canción parece que alude a temas sobre todo antropológicos. Los saberes centrados en la memoria, o en el territorio, por colocar unos casos. Sin embargo, y a pesar de lo anterior, el alma también es protagonista de la armonía.

Sus letras no pueden no petrificar o escenificar el último momento en la mente de quien le presta su merecida atención. Cada palabra atraviesa el corazón y la piel. Y así, el alma siente los efectos de la pérdida de su cárcel. Nota en este punto que su ser se hizo posible gracias a la intermediación del cuerpo. Además, aclara la relación de dependencia y parece que nota la separación.

Parece atrevido hablar, en últimos términos, de lo que siente el alma mientras acompaña en los últimos suspiros al cuerpo. Pero la canción creo que enseña la voluntad consensuada del alma para decidir sobre lo que la ató; pues, a pesar de todo, no tiene otra elección. La voluntad sólo le queda actuar a estas alturas en calma.

En la canción, el cuerpo se quiere volver calma, un estado propio del intelecto; o sea fomenta un encuentro personal con el alma. Durante el camino aprendieron del otro y de sí. Y, a pesar de su desligue, conceptualizan dos cosas que forman el uno: el yo y aquello que le da potencia al yo.

La canción parece renunciar a explicar o imaginar aquello que pueda darse después del último aliento. Lo que quiere decir que el pensamiento está delimitado por la duración en tiempo del cuerpo.

En este punto llega el caso de la memoria, quien es también merecedora de algunas palabras. En un fragmento alude “que las voces de mi padre, me acompañen en mi último aliento” referenciando el punto que quiero tocar.

El padre, personificación explícita de la relación con el otro, ha tocado y moldeado el alma a través de los afectos. La figura no es gratuita, antes bien, el pensamiento y el cuerpo recuerdan aquello que gracias a su interjección lograron aprehender. La experiencia bajo el mismo propósito del intelecto modifica y hace que lo uno, propio de juntos, sea. Sólo el toque entre ambas permite la creación del yo. En últimas, ella es que y él quién suspira su último aliento: el llanto de la separación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario